Aislarme siempre fue la fuga más sencilla.
Todo lo que encuentro seguro, es mi refugio, y a la vez, mi cárcel.
Encontrarse y desencontrarse es la única manera de sostener lo que me resulta insostenible.
Necesito el caos para retroceder y retomar a mi sitio inicial, mi refugio.
El desarrollo de un encuentro es posible a través de silencios, (pausas).
Si hay "intensidad", que haya escapes para respirar.