"...Y sé que hay errores que se pagan con sueños...
Y dolores que nunca merecimos..."
al oír puedo definir la textura de aquella hoja que se toca, puedo sentir la brisa como si estuviera pasando por mi rostro, puedo sentirme en aquél espacio...
Aislarme siempre fue la fuga más sencilla.
Todo lo que encuentro seguro, es mi refugio, y a la vez, mi cárcel.
Encontrarse y desencontrarse es la única manera de sostener lo que me resulta insostenible.
Necesito el caos para retroceder y retomar a mi sitio inicial, mi refugio.
El desarrollo de un encuentro es posible a través de silencios, (pausas).
Si hay "intensidad", que haya escapes para respirar.
Escuchando el pulso.
Dos miradas que se conducen y el tacto que impulsa.
La sensación de encontrarse al perderse en dos brazos que se abrazan.
La fusión de cuerpos que se habitan y expresan.
El encuentro y el desencuentro. El reencuentro.
El momento y el tiempo inexacto. Transmutando el presente.
La circunstancia y el deseo a tiempo...en tiempo exacto.
El fracaso del pasado en el presente.
El encuentro buscado y la búsqueda resonando en un recuerdo más.
Late.
[...] En primera instancia, tomemos lo que acabamos de denominar agua. Vemos que cuando se solidifica, así creemos, se convierte en piedras y tierras, pero cuando se disuelve y separa, se convierte en viento y aire, y el aire, cuando se quema, en fuego, y el fuego se vuelve a combinar, se apaga y retorna a la forma del aire, y el aire torna a reunirse y condensarse en nube y niebla y de éstas, que se concentran todavía más, fluye el agua; del agua, nuevamente, tierra y piedras y así, como parece, se dan nacimiento en ciclo unos a otros.