domingo, 24 de octubre de 2010

Encontré en tu habitación mi dibujo. Le agregué una fecha actualizada con la ilusa idea de acercar el pasado a ese presente. Ya no sé si fue ese mismo día en el que también dibujé un elefante sobre una servilleta. Todos dibujamos. Al día siguiente, lo único que estaba sobre la mesa era mi elefante. Todo fue archivado menos mi dibujo que lo único que hacía era estorbar. Mi servilleta era el obstáculo imperfecto. Lo tomé, lo puse en mi bolso y jamás volví.

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