Que esto de otros afectos y otros caminos
va con usted, Ophelinha, y no conmigo. Mi destino pertenece a otra Ley, cuya existencia Ophelinha desconoce, y está cada vez más subordinado a la existencia a Maestros que no consienten ni perdonan.
No es necesario que comprenda esto. Alcanza que me guarde con cariño en su memoria, como yo, inalterablemente, la guardaré en la mía.
Fernando. (Pessoa)
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