lunes, 15 de febrero de 2016

Esquinas que se parecen, que simulan repetirse como una mirada en el espejo.
Podrían ser las mismas, pero en lugares diferentes. Habitadas, deshabitadas...
Yo viví en una esquina, era mía, bueno... no tan mía. No tenía coordenadas ya que era de cualquier lugar.
Hay historias que se parecen, que se repiten o se estancan como el sonido de un cuenco, o el silbido del viento. Lo constante inadvertible, lo sereno, lo divino, tan diurno y mecedor.  El sosiego.
Hoy habito otra esquina, con sus historias e indecisiones que se parecen, que simulan repetirse.

Existe en mis esquinas, una inmovilidad ante el abismo.




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